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¡Sueños frente a las realidades!

Tengo la sensación de que nada está de mi lado hoy. Sé que él siempre estará ahí para hacerme reír y para cuidar de mi pero, ¿y los demás? No es que los necesite, y no digo esto por autosuficiencia o por prepotencia, sino porque no debería estar pensando en mi: aunque todas nuestras líneas en común se han descruzado de un tirón, debería estar a su lado. Siempre "deberíamos" haber hecho tantas cosas... siempre "deberíamos" haber callado otras tantas...

Si en aquel principio me costó ponerme a su altura, siempre admirándola desde mi perspectiva en contrapicado, con el tiempo logré levantarme y admirarla de igual a igual, y ahora vuelvo a verme de rodillas con ojos de niña llorona. Siempre se dicen demasiadas cosas, cosas que duelen, quizás no sabemos cuánto hasta que nos enfrentamos a ello. Y yo no supe seguirla o pedirle que parara y empezar.

Y cuando reflexionas piensas "Qué tonta fui". Pero, ¿ahora cómo la miras a la cara? Y le dices que sientes no haber sabido estar a su lado, después de que ella te ha visto llorar millones de veces, y ahora resulta que a ti no te quedan pañuelos.
"Para ti deberían quedarme los mejores pañuelos aunque no quieras contarme tus lágrimas".

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