Hoy me comentaba mi querida amiga Edit que el blog está últimamente un poco triste. Es cierto. Yo me lo tomo como un juego, pero me preocupa que algunas personas puedan no darse cuénta de hasta qué punto interpreto a un personaje cuando escribo y hasta qué punto soy yo. Yo soy la primera culpable de que esa confusión pueda llegar a generarse. Yo y mi falta de disciplina. Este blog no sigue una línea clara. Escribo en él lo que me apetece y cuando me apetece. A veces soy autobiográfico, a veces cuentacuentos... y comprendo que al final todo ello puede incitar a confusión. No quiero escribir pensando en que al otro lado de la pantalla habrá personas que intenten adivinar qué tal estoy a raíz de las barbaridades que escribo. Por otra parte, últimamente cada vez se me ocurren menos cosas que escribir aquí, y cada vez es menor la necesidad de hacerlo. Eso no quiere decir que vaya a plantearme dejar la escritura.