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¡Sueños frente a las realidades!

Respuesta a mil preguntas

Respuesta a mil preguntas Este post lo escribo a petición de un amigo. Y me parece algo bastante absurdo que me pida que escriba aquí lo que pienso de él porque se lo he dicho millones de veces con toda la franqueza y dureza (aunque no es lo que he pretendido al ser tan sincera) del mundo. La verdad es que me cuesta expresar en público esto porque realmente mi opinión sobre él no le dejará muy bien parado en este blog. Realmente lo único que conozco de él es bastante odioso, es egocéntrico, presuntuoso, soberbio, y desde luego jamás reconoce ninguna de estas cosas. Se cree el ombligo del mundo, como si el mundo girase simplemente porque él existe. Presume de cosas materiales, de todas las cosas materiales que posee, y se jacta de las que pretende conseguir. Sus únicos logros para con el mundo son hacer el payaso y llenarse los bolsillos. Jamás habla de lo que ha perdido ni se arrepiente aunque haya hecho daño a alguien. No tiene conciencia ni sabe pedir perdón, siempre llega tarde, y a veces ni llega, nunca cumple sus promesas y sin embargo no deja de prometer. Por no hablar de que es un insensato mujeriego, que cree que para ganarse a una mujer sólo hay que contarle mentiras que nadie creería a no ser que no tuviera ni dos dedos de frente, al que le da igual el hoy con una, mañana con otra, y para el que una relación seria sólo significa fingir que todo va bien cuando está con la persona en concreto, para largarse cuando tiene la mínima oportunidad con cualquier otra, alegando que ojos que no ven, corazón que no siente. Tiene un comportamiento deplorable, se cree irresistible, es un zalamero, un payaso, y un vendedor de sueños que jamás se cumplirán. Y esto es todo lo que puedo contar por lo que a él respecta, porque es la única cara que me ha mostrado a lo largo del tiempo que lo conozco. Sin embargo, he de decir, respecto a mi postura con él que aunque parezca increíble, después de todo lo que he dicho y de habérselo repetido en la cara hasta la saciedad, me cae bien. Puedo decir incluso que es una de esas personitas que acompañan mi camino, que me importan. E incluso me aventuraría a decir que le quiero un montón. Quizá porque he aprendido a aceptarle tal y como es, quizá porque me he acostumbrado a que se comporte como un gilipollas narcisista. O quizá simplemente porque tiene una sonrisa encantadora y… ¿quién no se rendiría ante eso? R.E., payaso… te adoro...

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