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¡Sueños frente a las realidades!

Si existiera el diablo, bien puedo decir que a mi pesar, me ha mirado a los ojos, mostrándome una crueldad que jamás imaginé que fuera real... Y no, en este caso no estoy metaforizando al satán cristiano, pues ni tan solo merece esa imagen de dios pagano, ni es digno del tridente de Neptuno. Pero su maldad reflejada en mis pupilas ha sido su derrota más eminente, haciéndome incapaz de sentir amor u odio...la indiferencia en su estado más apoteósico. Ahora me toca a mi aprender a andar una parte de mi camino en la vida sola, demostrarme que puedo hacerlo, pero hoy, despues de estos meses de tormento cegada de sentimientos entrecruzados que lidiaban grandes batallas en mi interior, la despedida es un alivio. Como Gaviota, mi primer vuelo, como persona un error con la lección aprendida y como mujer un corazón que ha dejado de sangrar... Al igual que leí de Turandot hace unos meses, casi a las diez de la noche, rememoro aquello de que "a todo cerdo le llega su San Martín".

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