¿Quién dijo que fuera fácil? Pero tampoco se ha dicho que sea imposible, así que hoy comencé hacer una limpieza en mi, me he prometido no tirar ni quemar nada, todo lo que he vivido ha sido con plena conciencia, formando parte importante de mi vida.
Pase por un parque donde venden artesanías, me detuve a curiosear, mi mirada se detuvo en un cofre de madera que tiene una diminuta llave, lo compré y al llegar a casa lo deposité en la cama me acosté junto a él mientras lo acariciaba pensaba, que fácil sería, si yo pudiera, ahora mismo guardar en el todo lo que me pesa y duele, después cerrarlo con llave y guardarlo dónde no tuviera acceso tan fácilmente pero eso no es posible, apenas tengo algo material, todo esta guardado en mi mente, en mi corazón, siempre he sido una persona que guarda las cosas buenas y sí hubo malas ya las olvidé.
Tomé una hoja en blanco y un lápiz, escribí (hablé, hablé) hasta decirlo todo, renuncié a las palabras que un día mis labios no pronunciaron y que en vez de ellas me invadió un triste silencio pensando que habría un momento mejor para expresarlas, deposité las caricias que jamás fueron dadas, y tiré de mis lagrimas todas las que aún me quedaban, cuándo terminé de escribir doble la hoja y la coloqué en ese pequeño cofre, junto a ella esa carta que guardo como si fuera un tesoro, el texto de un gran poema lleno de ternura y sensibilidad dedicado para mi, por una gran poeta y escritora. Aún con lágrimas en mis ojos lo cerré con llave. Así como quiero, debo cerrar éste capitulo en mi vida, sí Dios así lo quiso, así será.
La vida continúa, no espera nadie hará nada por mi, la única que puede hacerlo soy yo
Mi trabajo no puede esperar, a mi jefa no le importa lo que yo pueda sentir, ella esta en todo el derecho de exigirme calidad, mi papel sigue su curso. Sé que a él le gustaría verme feliz y saber que lo recuerdo con cariño y gratitud. Igual un día nuestras almas se vuelven a encontrar y entonces se termina de escribir la última página de este libro, mientras llega ese momento quiero seguir caminando con la misma capacidad de amar y mis sinceros deseos de recomenzar.
Nunca me sentí tan presa en relación a nada en toda mi vida... Nunca sentí tanta falta de algo, me encuentro tan sensible, tan falsa, tan vulnerable... Nunca necesite tanto de alguien a mi lado, como en estos momentos, me siento presa a todo lo que me conectó o desconecto, me siento tan triste e infeliz... Siento una cierta necesidad de querer que me esta matando, necesito con urgencia de un poco de atención, de cariño, de amor… no se de que mas estoy necesitando, talvez necesite ser un poco mas realista con lo que es realmente malo y me siente un poco liberada de tanta mentira… talvez en el fondo realmente quiero apenas aprender a vivir y desprenderme un poco de esta rutina que me esta sufocando... 
La luz de mi corazon es tu amor
Corazón, se una puerta cerrada para el odio
se de par en par abierta siempre para el amor. Sé la lámpara de ensueños celestes y custodio de cuanto noble germen nos prometa una flor
Hay lágrimas que no pasan por ningún cedazo,
Soledad que mata... recuerdos revividos... ilusiones perdidas... marchita las esperanzas... vacio el corazon..
DESAHOGANDO... 
Habrá algún modo de labrarse un camino en los tiempos que corren. De evitar que el telediario nos revuelva el estómago. De sentir que hay salida, de pensar que no es tarde. Habrá algún modo de encontrar nuevos retos, de escuchar las canciones que nadie compuso, de sonreir aunque creamos que nunca más podremos hacerlo, de homenajear a la vida, de rehuir a la muerte. Sé que habrá algún modo de salir corriendo, directos hacia el final de un arcoiris infinito, desnudos bajo el sol frío del invierno, rebeldes, intentando que el mundo comprenda, que hay un modo de cambiar el curso de los días, la rutina de las horas, el tic tac de los relojes en cada uno de nuestros segundos. Yo sé que existe una forma de salirse del rebaño. Sólo hay que encontrarla.
Es curioso cómo a lo largo de mi vida siempre me he topado con bifurcaciones. ¿Ésto o lo otro? Qué se puede hacer cuando tienes que decidirte por una cosa u otra y ambas son igual de absurdas. Digamos que no todas mis decisiones fueron buenas (pero bueno, al menos fueron mías), y me ha sucedido algo curioso. Soy muy dada a no arrepentirme nunca de lo que hago, por eso de que de todo se aprende, las cosas malas le hacen a uno más fuerte, o eso se suele decir en estos casos. Pero nunca había tomado una decisión tan drástica para pasar a arrepentirme a la media hora. Y eso de arrepentirse es una sensación nueva, que no me ha sentado tan mal. Es más
la sensación de angustia me duró bastante poco. ¿Será que me estoy volviendo dura? ¿Qué ya nada me afecta? Porque si esto es así, no creo que sea bueno. Me asusta volverme insensible, fría. Anoche lo pasé bastante mal cuando me fui a dormir. ¿He dicho ya que pensar escuece? Mi problema es que pienso demasiado. Y pensando, pensando, acabé llorando como a mis dorados 16, con el miedo de no saber a qué me enfrentaré mañana, con el miedo de no saber a dónde voy, qué me voy a encontrar, si podré hacerlo, si me rendiré antes de haber empezado. Y lloré porque me sentí un poco sola a pesar de que nunca había estado tan a gusto con la gente que me rodea, quizá porque recordé cosas que pensaba ya olvidadas, quién sabe. Pero antes de conseguir conciliar el sueño sonreí. Porque resulta que ni me he vuelto tan dura ni tan fría como pensaba, porque aún soy capaz de sentir algo y de llorar aunque hiciera la ostia de tiempo que no me salía una lágrima. Porque al fin y al cabo la vida sigue importándome lo suficiente como para seguir dejando que me sorprenda. Aunque sea de la mano que un arrepentimiento que llegó justo en el momento adecuado para recordarme que sigo aquí, y que seguiré dando caña mucho tiempo.